En las últimas semanas, hemos participado en diferentes talleres de artesanía. El primero fue el taller de terrazo que hicimos en el estudio de Lava Objects. Unos días más tarde nos apuntamos a un taller de creación de un terrario natural.
Participar en estos talleres nos ayuda a romper con la dinámica y la rutina del día a día, lo que ayuda a poner distancia y refrescar las ideas. Además, estos talleres nos han permitido descubrir alternativas relacionadas con la bioarquitectura, y que pueden aportarnos conocimiento sobre materiales. Mediante estos talleres amenos y creativos hemos aprendido cómo funcionan y qué aplicaciones pueden tener materiales como el terrazo en el diseño de nuestros productos.
En nuestro trabajo estamos acostumbradas a utilizar terrazo en los pavimentos. Pero con el taller de Lava Objects pudimos comprobar que tiene muchas otras aplicaciones: se puede usar en encimeras o para crear objetos decorativos, como el bonito bol que realizamos y que ahora decora nuestro despacho. Tras el taller, nos vinieron a la cabeza otros posibles usos para este material.
El terrazo se fabrica con cemento, arena de mármol y piedras, que pueden ser naturales o artificiales. Para hacer jarrones u otros elementos decorativos, este material se trabaja del mismo modo que cuando lo usamos para crear pavimentos y se deja secar.
Cuando está bien seco se puede pulir con una máquina de pulir de bricolaje o bien de forma totalmente manual. Finalmente, se aplica selladora con un rodillo de bricolaje.
Realmente, permite crear objetos personales y originales sin tener que realizar una gran inversión en herramientas, por lo que también es un material sostenible y accesible.
El curso de terrario lo hicimos para crear un ecosistema que se retroalimenta y regenera el oxígeno, lo que nos permite entender cómo funciona la naturaleza. Al colocar las plantas vivas en un frasco de cristal tapado y con una base volcánica que hace de drenaje, creamos un espacio en el que es la propia planta, mediante la fotosíntesis, la que transforma el C02 en oxígeno.
Dentro del terrario pusimos arena con colémbolos, unos diminutos artrópodos que se comen las hojas que se secan. Los minis residuos que expulsan sirven de nutrientes para alimentar el terrario.
Cuando tuvimos a punto el terrario, lo rociamos con agua mediante un vaporizador, dando inicio al ciclo de vida de este ecosistema. Agua, luz solar, humedad y un espacio cerrado para crear el microclima son los elementos necesarios para crear este tipo de vida que no necesita nada más para existir.
En todos nuestros proyectos queremos dejar una huella sostenible y ecológica, y poder observar como se crea un mundo autosuficiente y sostenible nos llena de inspiración.
Para nosotras tiene mucho valor poder abrir ventanas de conocimiento que pueden transformarse en ideas o formas innovadoras de afrontar nuevos proyectos, con una visión más respetuosa con el medio ambiente. Reutilizar materiales para rodearnos de piezas originales con un valor que va más allá de lo económico forma parte de nuestra filosofía. Y, por supuesto, con estos talleres también hemos conocido personas maravillosas y muy creativas que también nos inspiran.
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